lunes, 5 de noviembre de 2012

AMERICAN WAY OF DIE




Tras la Gran Guerra, durante la década de los años 20 en los Estado Unidos de América, se tomó por primera vez la frase “american way of life” como muletilla para describir la forma americana de ganarse la vida y actuar en sociedad; ésta se basaba principalmente en la especulación  y el consumo, con un continuo despilfarro tanto por parte de los agentes físicos, fiscales como por el propio Estado. Este sistema se sustentaba en la confianza o, como Keynes apodó “animal spirits” a saber, los estados de ánimo; si hay mucha confianza y optimismo la economía crecerá y nunca habrá crisis. Una confianza basada en que susodicho sistema nunca quebraría y que todos podríamos vivir a lo grande sin apenas trabajar. Además, este sistema mandaba señales erróneas a los agentes, los cuales ante una situación engañosa de auge económico, se dedicaban a pedir préstamos, sin una base de ahorro previa, y a invertirlos en alocados proyectos. En resumidas cuentas, la década de los 20 era el paraíso keynesiano; despilfarrotodos teníamos dinero para consumir, inflación y más inflación era lo que reinaba en América, el ahorro parecía haber desaparecido, incluso el que no tenía ni un centavo podía solicitar créditos en los bancos, ¡ay! cómo disfrutarían los actuales keynesianos.

Algunos chiflados de la escuela austriaca, véase, el caso de Mises, advirtieron que se estaba generando una burbuja especulativa en América cada vez más y más grande y que era necesario ponerle fin cuanto antes, reformando el sistema económico, pero ¿a ver quién es el loco que se atreve a coger el alfiler y explotar la burbuja? Así que se decidió darle alas y dejarla crecer. Ya otros pagarían las consecuencias, aprovechemos el ahora, porque como dice Keynes “in the long run we are all dead” que viene a ser algo así como: a la larga todos muertos. Y es que el “carpe diem” keynesiano nos dice gastar y despilfarrar ahora que podéis porque en nada moriremos”.
Keynes no se equivocó ni lo más mínimo, la felicidad de los americanos en la década de los 20 fue absolutamente genial, no se recuerdan años tan felices. El problema llegó a la larga con la crisis del 29, momento de la muerte, llega la "resaca" ¡adiós a la felicidad, hola muerte! Duras políticas tienen que aparecer para salvarnos del abismo, pero esta vez tuvimos suerte llegó la apreciada guerra que tan bien le vino al sistema keynesiano, se produjo muerte, destrucción y sobre todo gasto y despilfarro por parte del Estado. A pesar de esto, fueron necesarias en los años de post-guerra, duras medidas para salir de la situación en la que habían quedado las economías occidentales. Sí, se redujo el desempleo, pero a cambio se dio un periodo de vida de austeridad inhumana, con comida racionada por ejemplo.

La inflación fue caracterísitca de los años 20

La crisis actual, también fue predicha por un chiflado seguidor austriaco, Huerta de Soto (2001), quien nos advirtió del peligro, pero nadie le hizo caso y continuamos alimentando la burbuja más y más. Y ahora ya en plena sana recesión llegan unos ilustrados que nos proponen salidas en las crisis basándose en la feliz sociedad estadounidense de los 20. ¿Saldremos de la crisis así? Igual sí, pero creando una nueva burbuja que tarde o temprano volverá a llevarnos a otra crisis keynesiana. Recapaciten y analicen los años 20, ¿es correcta la “american way of life”?  Déjense de pan para hoy y hambre para mañana, hemos avanzado, tenemos que estar seguros de que también a la larga sobreviviremos, pongamos fin a esta inadecuada muletilla y busquemos algo más parecidoa a “capitalist way of life” pensemos tanto en el presente, como en el futuro.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Peel´s Bank Act


Sir Robert Peel, es sin duda uno de los personajes más transcendentes en lo que a la actual crisis bancaria se refiere, pero sin embargo es casi imposible encontrar un debate donde su famosa Peel´s Banck Act (Ley de Peel) sea mencionada.
Robert Peel fue dos veces primer ministro de Inglaterra, en 1834, en representación del partido Tory, y de 1841 a 1846 como Whig. Fue en su segundo mandato, cuando cobra realmente importancia su nombre a nivel bancario. Sir Robert Peel se dio cuenta de algo que llevaba pasando durante décadas en Inglaterra, las crisis financieras cíclicas. El Primer Ministro descubrió algo que ya siglos atrás habían descubierto los escolásticos de Salamanca, Diego de Covarrubias y compañía. Lo que descubrió fue que todas estas crisis que afectaban a la economía inglesa, sobre todo a los precios del trigo, eran debidas a la libre emisión de papel moneda por parte de los bancos. Estos emitían dinero sin tener en cuenta sus reservas de oro, creando papel moneda de la nada que dependía únicamente de la confianza de los depositantes, así pues cuando estos retiraban masivamente grandes cantidades de dinero, el sistema se venía abajo dando lugar a estas crisis. Hábilmente Peel crea el 19 de julio de 1844 su famosa Peel´s Bank Act, con la intención de poner fin a esta libre emisión de papel moneda y asentar por fin a la banca inglesa sobre unos pilares sólidos. Esta ley exigía al sistema de banca fraccionaria un coeficiente de caja del cien por ciento en oro afectando a todos los bancos privados. Ahora bien, Sir Robert Peel obvió un aspecto importante a la hora de hablar de la banca con reserva fraccionaria, se olvidó de prohibir la libre emisión de depósitos. Esto siguió permitiendo y permite hoy en día que los bancos creen dinero de la nada mediante depósitos. Tan pronto como reciben dinero de un depositante, con el coeficiente de caja actual del uno por ciento, pueden transformar un millón de euros en cien. Esto permitió que los banqueros ingleses siguieran actuando igual que antes y que las crisis financieras continuaran teniendo lugar en la banca mundial hasta la actualidad. El ejemplo más claro lo encontramos tanto en el Banco Central Europeo como el la Reserva Federal de los Estados Unidos, en la que su presidente, Ben Bernanke, es uno de los principales artifices de la inflación munndial actual.
Dóllar con la cara de Ben Bernanke


Pocos son los partidarios de reformarla y poner fin a las crisis cíclicas, en la política inglesa, sólo dos miembros del partido liberal inglés, Steve Braker y Douglas Carswell, continuan luchando por remodelarla. En España, seguidores de la Escuala Austriaca de Economía, como Juan Ramón Rallo y Jesús Huerta de Soto son claros ejemplos de defensores de la remodelación de susodicha ley.